La educación física desde una perspectiva interdisciplinar

La evaluación referida al ámbito general de la educación y específico de la educación física es uno de los elementos curriculares que más ha evolucionado en las últimas décadas, debido al desarrollo de nuevas tradiciones educativas y el empleo de otros instrumentos y estrategias para recoger y analizar los cambios del alumnado. Este capítulo analiza la evaluación, desde los fundamentos más teóricos hasta la ejemplificación de algunas herramientas de observación y valoración de las actitudes y capacidades fisicomotrices del alumnado en educación física, dando respuesta a las siguientes cuestiones: por qué, qué, cuándo y cómo evaluamos.

De la inquietud de un grupo de maestros especialistas en educación física ante el incremento de actitudes racistas y xenófobas en nuestra sociedad, especialmente entre los jóvenes, surgió el proyecto presentado en este capítulo: «La educación física, vehículo para erradicar prejuicios culturales». Se trata de una experiencia que muestra cómo utilizar el área de educación física para conocer aspectos de otras culturas a través de los juegos, la música y las danzas, la dramatización y la expresión corporal, con lo que se avanza en el camino de la integración del alumnado procedente de otros países y, a la vez, en el respeto de sus culturas por parte del alumnado autóctono.

El deporte tiene en nuestra sociedad una presencia y una importancia cada vez mayores. Lo hallamos como una de las formas fundamentales de ocupar el tiempo de ocio de las personas, en la ropa que nos ponemos, en las tendencias de la moda y, claro está, en los medios de comunicación y en la publicidad. ¿Podemos aprovechar la extensión e importancia de este fenómeno y hacer del deporte un recurso para educar en valores a nuestro alumnado? ¿Es educativo el deporte? Este capítulo plantea la necesidad de que se den unas premisas determinadas para que la práctica deportiva sea un vehículo de educación en valores.

La atención a la diversidad es una consecución reciente en nuestro modelo escolar y, como tal, su práctica no está todo lo extendida que quisiéramos. Más aún, si nos movemos en el área de educación física, donde hasta hace poco todos los alumnos eran «normales», pues aquellos que presentaban alguna discapacidad o problema estaban dispensados de realizarla. Este capítulo contempla el punto de vista de atención a la diversidad y nos muestra cómo adaptar una unidad didáctica para el alumnado con necesidades educativas especiales, de acuerdo a los principios de individualización, de normalización y de sectorización, en el área de la educación física.

Este capítulo contempla dos experiencias llevadas a cabo por un grupo de maestras en un seminario de educación física, las cuales nos introducen en el concepto de evaluación y en los instrumentos que se utilizan para valorar las actividades motrices del alumnado en educación infantil. En este caso, se presenta una herramienta basada en la observación de las actuaciones de los niños y niñas durante las sesiones, que son anotadas en las fichas de seguimiento del alumnado (individuales y grupales). Estas fichas constan de unos criterios de evaluación diseñados por el profesorado con el fin de realizar una valoración más sistemática de sus progresos e intervenir con efectividad en su evolución y mejora.

En este capítulo se presenta una experiencia interdisciplinar entre las áreas de lengua y educación física. Las «historias» forman uno de los bloques que se trabajan en la educación física. Lo que pretenden estas historias es organizar el área de modo que, en una misma sesión, se trabajen contenidos de distintos bloques unidos por un eje de animación que actúa como elemento motivador. Cada historia transporta a los niños y niñas a un mundo de ilusión y fantasía en el que se convierten en protagonistas de la historia a través del juego simbólico. Asimismo, este sistema favorece, entre otros aspectos, la participación de todo el alumnado por no ser actividades de dificultad o competitivas, lo cual permitirá disfrutar del proceso y no de los resultados.

La principal motivación para llevar a cabo la experiencia expuesta en este capítulo fue la de aportar, desde el campo de la educación física, un trabajo específico en el tratamiento de diversos temas transversales (educación del consumidor, educación ambiental y educación para la igualdad de oportunidades de ambos sexos) contemplados en el currículo y que deben abordarse desde todas las áreas de un modo interdisciplinario. Siguiendo una línea ya marcada en cuanto al reciclaje de residuos para las realizaciones plásticas, a dos maestros de primaria se les ocurrió esta experiencia para lograr una mayor motivación y participación de los alumnos y alumnas en su propio proceso de aprendizaje. Se trata de una propuesta muy actual por toda la cuestión del medioambiente de aprovechar el material de uso diario y desechable para reconvertirlo en material propio del área de educación física.

La concepción de la actividad física vinculada a la salud y el equilibrio personal que queremos transmitir como profesionales de la educación física puede ser fácilmente desbancada o anulada por alguno de los mil asuntos deportivos, o noticias de estos asuntos, que inundan los ojos y los oídos de nuestros chicos y chicas. Es necesario, por tanto, que los medios de comunicación demuestren una especial sensibilidad al tratar la información con que se dan a conocer las noticias del mundo de la actividad física. En este capítulo se vincula el mundo de la publicidad y la actividad física para analizar conjuntamente de manera crítica con el alumnado, a través de propuestas de trabajo de la propia área, los modelos y valores que se transmiten de manera implícita o explícita y que nos llegan a través de un canal tan poderoso como la televisión.

Cooperar no es solo actuar; también implica una comprensión previa de la realidad, una concienciación, que lleve a comprometerse con tal situación. Por ello, lo más importante es facilitar un cambio de actitudes y un comportamiento a favor de la justicia, la tolerancia, la cooperación y la solidaridad que conduzca a un compromiso individual y colectivo. Y es aquí donde, nosotros, enseñantes, podemos intervenir. Este capítulo propone y nos enseña cómo se puede trabajar la educación para el desarrollo de manera fluida, aprovechando los objetivos y contenidos del currículo de educación física.

A lo largo de los años, la educación física ha llevado asociada la práctica de una evaluación basada en la valoración de la condición física como principal centro de interés y medio de calificación, así como a la evaluación de determinadas técnicas deportivas en las que la condición física del alumnado y los aprendizajes anteriores son factores determinantes en la ejecución final. Este capítulo plantea la necesidad de evaluar el conjunto de capacidades del individuo, dado que en educación física se trabajan todas ellas. A partir de este planteamiento, se presenta una serie de instrumentos de recogida de información, tales como las listas de control y las fichas de seguimiento individual, que plasman los aspectos que se van elaborando.

A través de la educación física existe otra manera de entender la competencia, la salud y el equilibrio personal. Es una área que además nos permite trabajar contenidos de tipo transversal.