Las competencias socioafectivas y emocionales se desarrollan a partir de nuestra inteligencia emocional, la cual determina la capacidad potencial de que disponemos para aprender las habilidades prácticas basadas en uno de los siguientes cinco elementos compositivos: la conciencia de uno mismo, la motivación, el autocontrol, la empatía y la capacidad de relación. Nuestra competencia emocional, por su parte, muestra hasta qué punto hemos sabido trasladar este potencial a nuestro mundo laboral (Goleman, 1999).El buen servicio al cliente, por ejemplo, es una competencia emocional basada en…
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