Jugar es, ante todo, una manifestación de la calidad de vida de la infancia. Si el juego tiene más valor y una mayor presencia en las aulas de educación infantil, será porque hemos tomado buenas decisiones que no solo afectan y transforman el hecho pedagógico, sino también el político, cultural y social.
LA LÚDICA DEL ENCUENTRO
Jugábamos nada más, pero jugábamos. (Albert Sánchez Piñol)
Jugar expresa el «yo» más verdadero, pues presenta nuestra mejor versión en comunidad. A…