En este período del inicio del curso, los niños y las niñas nos observan atentamente, prueban la autoridad, el cariño, la implicación y, al fin, nos reconocen con defectos y virtudes, y sopesan. Surgen entonces gestos sencillos, pero hermosos, que no podemos dejar de ver y oír con ojos y oídos de maestros. Gestos que nos dan pistas para seguir proponiéndoles, acompañándoles.
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