La visión de un cuadro o de una escultura nos sugiere situaciones y personajes poco habituales. Una pintura puede ser el punto de partida de una acción narrativa que nos empuja a dejar volar nuestra imaginación, nos inspira un poema o nos ayuda a escribir un cuento.Cuando ponemos ante los niños un cuadro, tenemos que seguir un proceso de apropiación que empieza por dejar un tiempo para “Mirar”, en silencio, individualmente; sigue con un “Viajar” por el cuadro, resiguiendo, observando y comentando los detalles que nos sorprenden, nos conmueven o nos recuerdan algo, y acaba con un “Proye…
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