Solemos imaginar, desde el idealismo pedagógico, la integración de la diversidad en el aula, olvidando que primero existe la desigualdad. La simple propuesta de repartir el alumnado «con dificultades» entre diferentes escuelas puede no aportar ninguna solución.
Comenzaba el último trimestre del curso dialogando con el claustro de una escuela concertada implicada en aplicar los programas de integración de un grupo (limitado) de alumnos y alumnas provenientes de entornos socialmente desfavorecidos. En las aulas, el predominio vital seguía siendo el que definían chicos y chicas de clases medi…