Este artículo pretende mostrar que es posible negociar la organización de las actividades, respetando el deseo de disfrutar del tiempo de clase, sin olvidar los objetivos del curso ni forzar caminos al margen de los contenidos programados. Expongo brevemente las distintas actuaciones que me han permitido construir relaciones entre mis alumnas y alumnos, sus deseos, los contenidos del curso y mis propios deseos, de modo que la clase de matemáticas tenga sentido para todas las personas implicadas.
El deseo
Comencé el curso comentando la necesidad de negociar el significado de algunas palabr…